Se dice que en el barrio de Almagro hay una fábrica de chocolates, que allí trabajan más de 800 personas; que de ellos, unos 500 obreros están "efectivos", mientras que una cantidad similar, trabajan allí contratados por un par de agencias laborales.
Se dice que cada obrero está obligado a trabajar ocho horas diarias durante seis días a la semana, que al sábado la empresa lo considera un día laborable como cualquier otro; que los obreros no gozan del descanso que les correspondería los sábados a la tarde, que esas horas los obreros las cobran como hora normal, que no se las pagan al 100%.
Se dice que cerca de las Pascuas, cuando la producción aumenta por los tradicionales huevos, a los obreros les exigen cumplir doce horas por día; se dice que mientras un obrero llega a juntar cien horas extras en ese mes, la empresa se las paga de a poco, en tres o cuatro meses, se dice que así evitan pagar aguinaldos abultados siendo que se toma como cálculo al mejor sueldo del semestre.
Se dice que su dueño fue beneficiado por las flexibilizadas leyes laborales de los Noventa. Se dice que a los obreros les quitaron los diez minutos que antes tenían para desayunar.
Se dice que aumenta la cantidad de obreros contratados en épocas como las fiestas de Pascuas, que esos obreros saben que no tienen motivos para festejar, porque serán despedidos apenas pase esa fecha.
Se dice que a los contratados les pagan un peso con noventa centavos la hora.
Se dice que la mayoría de los obreros son mujeres; que pasan las ocho horas diarias de pie frente a las máquinas, que las hacen levantar cajones pesados, que muchas luego sufren tendinitis, lumbalgias, dolores de piernas y espaldas; se dice que las despiden si comprueban que están embarazadas.
Se dice que hay sectores de la fábrica de chocolates, que están infectados con cucarachas y ratas.
Se dice que el dueño de la fábrica de chocolates es muy famoso, que se pasea por todos los canales de televisión; se dice que canta y que baila, exhibe impúdicamente su riqueza mostrando su Rolex de oro con brillantes. Se dice que cuando va con sus amigos a cenar, gasta entre siete mil y ocho mil pesos, algo así como los sueldos de tres años y medio de cualquiera de sus obreros. Se dice que hubo una noche en que llegó a gastar veinte mil dólares, y se jacta de ese despilfarro.
En la televisión se refieren a él como "El gran personaje del año", o como "un tipo muy generoso". Pienso que los que conducen programas de TV desconocen las cosas que se dicen de él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
bueno... hay que ver si este nabo tiene algún nivel de decisión en la empresa.
ResponderEliminarA mi esa ostentación que hace me choca. Pero si lo racionalizas no hace nada que un clasemediero no le gustaría hacer [a distinto nivel, claro] Ropa cara, viajes, comer afuera, ser famoso.
También está el punto que hay compañeros que hacen esa ropa, prestan esos servicios. Alquien tiene que comprar los bienes y servicios que ellos producen. Podemos reprocharle que "no compre argentino" ¿pero cuántos argentinos prefieren importado antes que nacional? insisto, no sale "de la media" argentina.
Y después me quedo pensando en lo chiquita de miras que es nuestra burguesía nacional.
beso
Que le den prensa a este tipo de personajes es un reflejo claro de la sociedad.
ResponderEliminarTenemos que mirar adentro de nosotros mismos.
Saludos, Abel.
PD: es pornografía menemista.
Estoy de acuerdo con ambas opiniones. Aunque el sentido de la nota más que nada es denunciar la explotación laboral, más que de un tal Fort, la nota habla de los trabajadores explotados, y de cómo algunos tipos llegaron a ser lo que son (sean o no sean famosos).
ResponderEliminarSaludos!