jueves, 29 de julio de 2010

No es igual encontrar un culpable que encontrar al culpable

La noticia es relativamente vieja para los tiempos que corren. Aún así todavía sería "noticia nueva" si la publicara alguna revista de aparición quincenal o mensual.
El relato comienza el jueves 15 de julio cuando dos asaltantes que no llegan ni a la categoría de aprendices de delincuentes (en la huida tienen que dejar la moto en la que llegaron, los cascos, y se les cae el revolver calibre 38 que luego es recogido por la policía), ingresan a un consultorio odontológico en Bahía Blanca. Mientras el odontólogo es asaltado, sus dos hijos (también dentistas) advierten lo que sucede y uno de ellos luego de llamar a la policía (desde la planta alta), toma una pala y luego baja a pegarles a los delincuentes, mientras que el otro encuentra una escopeta que no funciona (según su testimonio) pero que sirve para intimidar y poner en fuga a los malhechores. Los hijos del odontólogo enprenden su persecusión hasta la Guardia del Hospital Municipal Dr. Leónidas Lucero donde los pierden de vista.
Las crónicas no esclarecen en qué momento los hijos del profesional se encontraron con personal policial, y empezaron a registrar juntos el interior del hospital.
En la guardia del hospital primero señalaron a una persona y momentos después a otra, señalándolas como las autoras del fallido asalto.
El primero de los señalados trató de explicar su situación diciendo que era arquero del Club Pacífico mientras la policía se lo llevaba al mismo tiempo que uno de los hermanos lo apuntaba con la escopeta inservible.
El segundo joven señalado, antes de ser igualmente arrastrado de los pelos a la Seccional, recibió un golpe de puño en el rostro de parte de uno de los hijos del odontólogo mientras tres efectivos ya lo habían inmovilizado.
Los dos eran inocentes. El que decía ser arquero efectivamente lo era, y había concurrido al hospital debido a una lesión deportiva. El otro era un muchacho de condición humilde que sufrió un accidente doméstico y lo habían anotado en la guardia horas antes que se produjera el asalto. Ambos fueron arrestados por lo que se conoce como “portación de rostro”, tal como lo señala un comunicado de ATE repudiando éstos atropellos.

El deportista profesional pudo aclarar su situación y recuperó su libertad media hora después de llegar a la comisaría, mientras que Roberto Octavio Montero Celedón no tuvo la misma suerte. Al día siguiente lo trasladaron al hospital, después a la fiscalía, luego a la comisaría, también a Villa Rosas y finalmente de regreso a la comisaría 2ª para ser liberado cerca de las 17 con la mediación de un abogado contratado por sus parientes. Fuentes de la fiscalía que intervino en el caso sostuvieron que la detención de Roberto Montero Celedón se trató de un error. Y confirmaron que la fiscal María Marta Corrado lo indagó y pidió su sobreseimiento al haber "pruebas irrefutables" de su inocencia. Una de ellas es que Roberto había ingresado en la Guardia "a las 17:48, es decir más de una hora antes del robo a mano armada". También se sumaron testimonios del personal hospitalario.
A pesar de su inocencia, los diarios y medios locales siguieron difundiendo, hasta el sábado 17 inclusive, la noticia del hecho y señalando a Roberto Montero Celedón como uno de los asaltantes. Más tarde, esos medios tuvieron que rectificarse y admitir la inocencia de un inocente. La directora del colegio donde Roberto cursa sus estudios secundarios, escribió una dura nota condenando el accionar de la policía y la cobertura de los medios:

"Soy directora del CENS 454 (Centro de educación de nivel secundario -para adultos) de Bahía Blanca.

El texto que sigue -y que escribo en nombre de la comunidad educativa que está a mi cargo- es el resultado de la sorpresa, primero, y de la indignación que sobrevino cuando nos interiorizamos de lo sucedido.

Asumo personalmente todo lo que digo como un acto de coherencia de la gestión escolar para que nuestros jóvenes sigan creyendo que hay lugar para ellos en nuestra sociedad y para apostar junto con ellos y por ellos por un mundo diferente... en el que la vida y la Justicia sean realidad... Que no es algo que se consigue sin esfuerzo, que no se regala, pero que tampoco se quita con tanta impunidad.

Agradeceré que se le dé tanta difusión como la que se le dio cuando señalaron a Roberto Octavio Montero Celedón como un delincuente.

El viernes por la mañana nos despertaron con una noticia… Un odontólogo fue robado y, por el accionar de la policía, se logró apresar a los delincuentes, a los que se les incautó el arma y la moto que abandonaron en su intento de esconderse en el Hospital Municipal.

"¡Bravo!", dijimos, y aplaudimos porque había triunfado el bien.

La primera señal de que no era como escuchó la audiencia fue el nombre de los “delincuentes”… El primero pudo explicar su situación:

-Me llamo Nicolás Álvarez… Soy el arquero de Pacífico -gritaba mientras lo llevaban arrastrando en una situación tan confusa que quien lo apuntaba con un arma era la persona que había sido víctima del robo…

El segundo indicio de que la verdad estaba muy lejos fue el escuchar el nombre de quien quedó detenido y acusado: Roberto Octavio Montero Celedón, de 21 años… quien en ese momento no podía decir quién era porque para nuestra sociedad es “NADIE”o al menos no es visible…

Aunque yo ahora, o nosotros como escuela, podemos hablar por él y decir que es una persona de bien, que trabaja, que se esfuerza para construir su familia y que, además, estudia para terminar su secundario.

Tal vez su vida cotidiana no esté en la vidriera de una cancha de fútbol, pero su ejemplo es tan loable y ejemplar que nos moviliza a hablar y reclamar en todos los medios para que se respete su persona y su buen nombre…

Tomamos partido por él y exigimos que se repita tantas veces como las que se mencionó su nombre enrostrándolo y ensuciándolo. Y que al mismo tiempo se informe, también repetidamente, que él no hizo nada de todo lo que lo acusan. E insistiremos para que se sepa la verdad… al menos lo que ocurrió en el hospital… y lo acompañaremos en las acciones legales que sea necesario realizar.

Roberto estaba en el hospital desde aproximadamente las 16:30 -información que consta en la planilla de ingreso a la Guardia a la que acudió por un accidente casero. El asalto al odontólogo fue luego de las 18. Luego de curarlo y mientras evaluaban cómo suturaban la herida irrumpió la policía y una persona que lo señalaba acusándolo: “Es él”. Tres agentes lo inmovilizaron tomándolo por los brazos, situación en la que la persona que lo acusaba lo golpeó en la cara, lastimándolo. En esas condiciones lo llevaron a la comisaría 2ª, donde pasó toda la noche esposado en una sala pequeña sin ventanas, sin posibilidades de ir al baño, sin comer y sin abrigo…

Al día siguiente lo trasladaron al hospital, después a la fiscalía, luego a la comisaría, también a Villa Rosas… y finalmente de regreso a la comisaría 2ª para ser liberado cerca de las 17 con la mediación de un abogado contratado por sus parientes, con los costos que esto significa…

Sin embargo en los noticieros de la tarde y noche siguieron repitiendo su nombre asociado al delito… y aún al día siguiente apareció la noticia impresa en el diario local.

Es evidente que en esta situación hay muchos derechos vulnerados… varias víctimas que se convierten en victimarios… Hay demasiados intereses en juego… y el hilo se corta siempre por lo más delgado…. Aunque lo que esté en juego sea la DIGNIDAD de la persona.

¿Quién gana y quién pierde?

El odontólogo es víctima: le roban… pero acuden ante su pedido de auxilio, escuchan su acusación y “no dudan” en arrestar a quién él les indica.

Sin embargo… el usar un arma para amenazar, golpear en la cara y lastimar a un inocente… ¿no lo convierte en victimario? O peor aún, ¿con qué derecho acusa falsamente, usa un arma con uno y agrede a otro sin defensa? ¡Cuánta impunidad!

La policía persiguió a los delincuentes… Es su tarea y todos deseamos que la cumplan honestamente… Por ello, antes de encontrar “un culpable” es necesario que encuentren “al culpable”…

No sé desde la Justicia, pero desde el sentido común es de gravedad extrema, no sólo detener sin pruebas a alguien… (porque no lo encontraron en flagrante delito) sino mencionar su nombre a la prensa. ¿Son víctimas de la presión de la comunidad que quiere respuestas ante la inseguridad? ¿O son victimarios selectivos? ¿No es que se cubren los rostros para evitar que identifiquen a quienes no han demostrado la autoría de los hechos? Pero se puede decir el nombre sin problema… ¿Alguien se hará cargo de las consecuencias que significa semejante escrache?

No se remedia únicamente pidiendo perdón… Sin embargo, por el bien de esta persona y por la credibilidad misma de la policía, es necesario que se haga públicamente. ¿Alguien asumirá su error diciéndonos su nombre y apellido? ¿Alguien se hará públicamente responsable de haber acusado a un inocente?

Los medios de comunicación tienen obligación de informar con veracidad y actualizar la información. ¿Cómo es posible que aún cuando Roberto ya había sido liberado, seguía publicándose que estaba detenido o que era un delincuente? ¿Alguien será capaz de asumir su error y comunicar lo que ocurrió verdaderamente?

La única víctima de todo este episodio resulta ser Roberto Octavio Montero Celedón… un joven que intenta vivir honestamente, trabajando, estudiando y apostando a la vida"

Hasta aquí la redacción de la docente. Contundente!

Resulta llamativo que el diario local La Nueva Provincia, que en varias ocasiones "escrachó" (según el decir de la docente) a Roberto Octavio Montero Celedón, "tenga cosa" y no pueda reproducir la palabra HUEVOS utilizada por Roberto como sinónimo de testículos, en su lugar ponen "h...".

Uno de los hijos del odontólogo declaró en una entrevista, que se equivocó al señalar al arquero. Dijo que lo reconoció mal porque tuvo "mala suerte", y que jamás lo volverá a hacer.

Fuentes:

http://www.lanueva.com/archivo/nota/0b81972326/6/69165.html
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/17/07/2010/a7h005.html
http://www.lanueva.com/hoy/nota/fba06a5cb6/16/69525.html
http://www.lanueva.com/weblogs/blogtuespacio/comentarios/ec193ebdcf/193/69517.html
http://www.lanueva.com/hoy/nota/0783a0f874/1/69651.html
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/20/07/2010/a7k041.html
http://www.agenciacta.org.ar/article14588.html
http://www.lanueva.com/hoy/nota/960d690f4f/1/70463.html

viernes, 2 de julio de 2010

La culpa, un "trámite", y una nota borrada

El culpable de la eliminación de Brasil tiene nombre, se llama "Jabulani":

Apenas unas horas antes del partido Brasil-Holanda en la sección de "Últimas Noticias" de Página 12, se podía leer una nota titulada "Brasil buscará el trámite frente a Holanda", y continuaba así:

"A partir de las 11, los de Dunga intentarán resolver con facilidad su pase a la semifinal de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010 ante "La Naranja" holandesa...

El trámite se le complicó a Brasil y tendrá que esperar 4 años para presentar de nuevo los papeles.
Con el cotejo ya terminado, los de Página optaron por borrar las huellas de su pronóstico fallido.




Mientras tanto, en Brasil, hasta el Cristo Redentor se travistió de "fana" holandesa.



Toda una "señal"!!!!