jueves, 14 de enero de 2010

KENNETH DART: MÁS MALO QUE UNA ARAÑA


Cuando por equis motivo (saldar vencimientos de deuda externa es el más común de los motivos) un país necesita dinero, generalmente hace dos cosas: Pedírselo a los organismos internacionales de créditos (FMI, Banco Mundial, etc), o recurrir a la emisión de Bonos y ofrecerlos a inversores en el mercado internacional.
A diferencia de lo observado en los 70s cuando la banca calificaba como la principal fuente de financiamiento, la aparición de los bonos como fuente de financiamiento conllevó importantes consequencias en materia de renegociación contractual. En particular, porque una parte importante de los bonos emitidos por los países de la región (incluida la Argentina) lo fueron en dólares pagaderos en Nueva York, y reconciendo la legislación de esa ciudad.
Los bonos que se emiten tienen un valor nominal de 100 dólares, y una cotización en el mercado que va variando de acuerdo a la situación económica real que atraviesa el país emisor, o a la percepción que los inversores tienen de ella. Cuando salen a la venta, todos tienen el mismo valor: unos 100 dólares la plancha. En situaciones normales, cuando se aproxima la fecha de vencimiento de esos los bonos emitidos, hay veces en que la cotización es hasta un 50% superior al de su valor nominal. En cambio cuando un país atraviesa por dificultades, la cotización de esos bonos puede bajar al 15% de su valor nominal.
Casi nunca el comprador inicial de bonos los mantiene en su poder hasta la fecha en que deban ser rescatados por los Estados. Si el bono cotiza por encima de su valor, los vende para "realizar" ganancias, por el contrario, si su cotización cae en el mercado, se desprenden de esos activos, y aparece en escena un nuevo comprador que confía que esos bonos se vuelvan a revalorizar.
Cuando un país atraviesa una grave crisis económica, y la percepción en los mercados es que no podrá pagar la deuda emitida como bonos, la cotización de estos se desploman y son adquiridos por los llamados "Fondos Buitres".
El accionar de estos fondos buitres es sencillo de explicar: Compran bonos a una quinta parte de su valor nominal, y luego litigan para cobrar estos papeles al 100%. En algunos casos, aparte de lograr cobrar el ciento por ciento del valor de esos bonos, también se les reconocieron los intereses.

Algunos ejemplos:

-A mediados de febrero del 2007, un tribunal británico ordenó pagar al gobierno de Zambia más de 40 millones de dólares a un fondo buitre británico (
Donegal International) que compró por tan sólo 4 millones de dólares esa deuda, el fondo obtuvo una plusvalía de 335% en detrimento de ese país africano. Zambia es una de las naciones más pobres del mundo, donde el ingreso medio es de apenas un dólar por día.

-En 1996, el fondo especulativo Elliott Associates, desembolsó 11 millones de dólares por deuda peruana devaluada y en 1999 demandó a Lima por el pago completo de la deuda más los intereses capitalizados.La compañía reclamó un monto de 58 millones de dólares. Recibió los 58 millones, con lo cual Perú casi entra en moratoria en sus pagos de deuda. La firma también ganó en el 2008 un juicio a Congo por 400 millones de dólares por una deuda que adquirió por 10 millones.

-En 1999 un juzgado estadounidense condenó a Nicaragua a pagar 87 millones de dólares por una deuda adquirida en 1,14 millones de dólares por el fondo Leucadia. Una plusvalía de 7500%.

El fabricante de vasos

Kenneth B. Dart nació el 21 de abril de 1955 en Mason, Michigan. Su padre, William Dart había creado una compañía (Dart Container) dedicada a fabricar vasos de café en 1951, pero su éxito comenzó en 1960, cuando inició la fabricación de los primeros vasos de telgopor prensado que mantenían caliente el café de los estadounidenses. En 1986 William les cedió la propiedad del holding a sus tres hijos. Kenneth fue el más favorecido y ese mismo año asumió la presidencia de Dart Container
. En el reparto, su hermano mayor, Tom Dart, salió bastante perjudicado por cómo se repartió la fortuna familiar. Paralelamente Kenneth, emprendió negocios inmobiliarios, donde obtuvo ganancias millonarias con la compra y venta de hipotecas. También comenzó a especular en la Bolsa, obteniendo varios millones con acciones de Salomon Inc. y de la compañía de cosméticos Allou Health & Beauty Care. Además, la familia invirtió en el sector petrolero, a través de Dart Energy, y en el desarrollo inmobiliario de oficinas y lujosos complejos de viviendas en la ciudad de Michigan por intermedio de Dart Properties. De los 88,9 millones de dólares que ganó bajo todo concepto en 1993, 34,5 millones fueron a parar al fisco.
Abandonó Sarasota, en el estado de Florida, después de que le quemaran la casa en la que vivía con su mujer y sus dos hijos. Dart dijo entonces que la acción había sido ordenada por su hermano mayor, Tom, que reclamaba una mayor parte de la herencia. Pero luego cambió la versión y dijo que había sido obra de matones pagados por banqueros brasileños. Finalmente la policía local dio a entender que podría haber sido una banda de la mafia rusa. Es que Dart ya tenía suficientes enemigos como para que la lista de posibles culpables fuera interminable.

Desde entonces reside en la Gran Cayman, vive rodeado de guardaespaldas, también tiene un yate de 65 metros de eslora blindado para protegerse de posibles ataques con misiles y torpedos.

Tan cuidadoso es Dart con su fortuna, que llevó engañada a Londres a su mujer, Cynthia , tras 16 años de matrimonio, para efectivizar el divorcio en Gran Bretaña, donde le pagó apenas una décima parte de lo que le correspondía en la división de bienes. Cynthia Dart, de Mason, Michigan, tuvo que pelear por años en las cortes de varios países para poder obtener algo más. Finalmente se quedó con la mansión de Michigan, 16 millones de dólares y un millón al año para manutención de los dos hijos.
Dart llegó a las Cayman - un paraíso fiscal donde compró un resort privado por 5,3 millones de dólares sobre la playa de Seven Miles, en la isla caribeña de Gran Cayman- en los noventa para evadir unos 200 millones de dólares al año de impuestos que eran los que debería pagar al gobierno de los Estados Unidos. Compró la ciudadanía de Belice, también se hizo ciudadano irlandés, y renunció a la ciudadanía estadounidense. Luego hizo arreglos con el gobierno de Belice para que lo nombraran cónsul en Sarasota —así podía vivir allí con inmunidad diplomática— a cambio de financiar todas las operaciones consulares de ese país en Estados Unidos y abrir una nueva oficina comercial en Nueva York. El Departamento de Estado desbarató la maniobra argumentando que Belice no necesitaba un consulado en Sarasota donde no habita ningún ciudadano de ese país y que si lo necesitara aún tenía el consulado de Miami a menos de 400 kilómetros.
En 1990 mudaron las oficinas centrales a Sarasota, en la costa del Golfo de México, a unos 400 kilómetros de Miami. Hoy, Dart Container Corp. tiene una ganancia anual registrada por la revista Forbes, de 464 millones de dólares, factura 1100 millones de dólares por año y emplea 5000 trabajadores en 17 plantas distribuidas por Europa, Australia y América, incluida una ubicada en el Parque Industrial de Pilar. El valor total oficial de la compañía supera los mil millones de dólares y de acuerdo a los documentos presentados por Tom Dart, el hermano despechado, el grupo acumuló no menos de 6.000 millones de dólares. Todo esto sin contar los miles de millones que Kenneth Dart ganó en el mercado financiero.
En 1992, Dart compró 1.400 millones de dólares en bonos de la deuda brasileña lo que representaba el 4% del total. Había pagado apenas 375 millones. Dos años más tarde el gobierno de Cardoso finalizaba una durísima negociación con 750 bancos para reestructurar los 50.000 millones de dólares que debía. Dart se negó a aceptar el arreglo. Presionó y terminó cobrando 980 millones. Se ganó 605 millones en la operación. También especuló con la deuda de otros países como México, Perú, Venezuela, Costa de Marfil, Nigeria, Polonia, Rusia y Ucrania.
Tiene unos 724 millones de dólares en bonos argentinos a través de su fondo buitre EM Limited.

La ambición de Dart por conseguir más dinero fácil también lo llevó a enfrentarse con la mafia rusa y el grupo Yukos. Hubo una lucha por el control de una compañía de gas que se prolongó por cinco años. Finalmente, Dart se llevó cerca de 1.000 millones de dólares, pero tuvo que salir de Moscú a escondidas. Varios grupos de interés que quedaron heridos en la contienda juraron vengarse.

Dart en la Argentina

Dart Sudamericana S.R.L. fue inscripta en la Inspección General de Justicia el 9 de agosto de 1995, para "fabricar en Argentina, comprar, vender y comercializar" recipientes plásticos para alimentos. El 99% de sus acciones pertenece a Dart Container Corporation, la "nave nodriza" del imperio conducido por Kenneth Dart, y el 1% restante a Dart Container Corporation of Michigan, uno de sus brazos laterales.
El negocio de Dart Sudamericana consiste en la fabricación y venta de vasitos térmicos para café, que produce en una planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar. Ocupa la parcela 16 ubicada en la calle 9, sus teléfonos son (02322)496600/601/603; fax: (02322)496607
.
Quiso instalar una planta en Brasil, pero no pudo hacerlo ya que las autoridades de ese país lo declararon "enemigo del pueblo brasileño".
Como cualquiera de las más de 100 empresas radicadas en ese parque industrial, Dart Sudamericana también goza de los beneficios impositivos del régimen de promoción industrial.
En julio del 2004, inició una política de precios con el objetivo de asfixiar a sus competidores locales: mantuvo los vasitos casi al mismo valor que en el 2002, cuando los costos se habían triplicado por los aumentos del petróleo. Vendiendo a precios por debajo de cualquier estructura de costos razonable cuando en Estados Unidos sus precios eran un 15% más altos, ocasionó que en aquellos meses sus competidores perdieran el 20 por ciento de las ventas.
Dart un gigante mundial de los plásticos que produce sus propios insumos, pagaba un promedio de 30 por ciento más caro que, por ejemplo, su competidora directa Estisol. Su proveedor principal es la empresa Polymers International Ltd., de las islas Bahamas, un conocido paraíso fiscal. En la Guía Comercial de Bahamas, esta empresa con sede en Freeport se presenta como una "subsidiaria de Dart Container". O sea que Dart se compra insumos a sí misma, pagando por ellos un precio más caro.
Con semejante impericia a la hora de los negocios, no resulta extraño entonces que casi todos sus balances dieran pérdidas, motivo por el cual zafa de tributar impuesto a las ganancias. En el 2003 presentó a la Inspección General de Justicia un balance que arrojaba 15 millones de pesos de pérdida acumulada en los últimos períodos.
Esta lamentable situación financiera se mantuvo desde por años. Con respecto a la liquidación del IVA tenía por ese entonces un crédito con el Estado superior al millón de pesos en concepto de "reintegro por exportaciones".


Para no se diga que se trata de un "buitre", el muy Hijo de Puta también tiene su "lado filantrópico" a través de la Dart Foundation (Fundación Dart).


Una de éstas es la planta de Dart Sudamericana en Pilar (hacer puntería y logística previa):

2 comentarios:

  1. Mal tipo ese Dart ¿no?
    Pero acá tenemos unos que son bastante malitos también!

    El economista Miguel Bein, expresa que “la capacidad de recuperación de la economía en 2010 es enorme”. “El crecimiento económico de 2010 va a sorprender” dijo Débora Giorgi.
    Pwero los malitos de acá adentro, que actúan como enemigos de la República, los cual nos perjudica a todos, se movieran para congelar los fondos del BCRA. Claro lo dijo Gerardo Morales ayer: ya no sustenta a Redrado, porque consiguieron lo que querían: la jueza que inmovilizó dichos fondos.
    Es evidente que quieren volver!!!
    Son los que desataron la hiperinflación en el 89.
    Son los que remataron en los 90 las empresas del Estado, extranjerizaron la economía, incrementaron en cifras siderales la deuda externa, creando las bases de la profunda crisis económica, social y política del 2001-2002.
    Son los que produjeron la enorme desocupación e indigencia, los de la flexibilización, los que no dudan, aún hoy de recurrir al financiamiento externo (FMI).
    Son los que destruyeron el País, haciendo del trueque la actividad económica predominante en sectores populares.
    Son los que no les dejaron alternativa a miles de jóvenes que hacían cola en la embajadas, tratando de buscar mejor destino.
    Quieren volver!!! Dios y los argentinos con memoria... no lo permitamos!!!

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