viernes, 29 de abril de 2011

El asesino asesinado


El represor chileno Enrique Arancibia Clavel fue encontrado muerto ayer en su oficina del centro porteño. El ex agente de Inteligencia de la dictadura de Augusto Pinochet apareció con dos puñaladas y la puerta de entrada sin signos da haber sido violentada. Estaba en libertad condicional desde el 2007, a pesar de que pesaba sobre él la pena de reclusión perpetua por el asesinato del general chileno Carlos Prats y su esposa en 1974.

Según informó la policía, un sobrino del represor encontró el cuerpo doblado sobre el escritorio que utilizaba Arancibia Clavel para trabajar en su oficina de la calle Lavalle al 1400. Personal policial de la comisaría tercera acudió al llamado y descubrió “dos heridas punzantes” de arma blanca, una en la espalda y otra en el pecho.

Los investigadores evaluaban las posibilidades de que haya sido asesinado, aunque la puerta no había sido violentada. Arancibia Clavel había sido condenado a cadena perpetua en el 2000 por la Justicia argentina por el asesinato en 1974 del general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert en Buenos Aires.

El 30 de septiembre de ese año, una bomba explotó debajo del automóvil que transportaba al matrimonio chileno, que había puesto el estadounidense Michael Townley bajo el apadrinamiento de Arancibia Clavel. Townley fue el testigo encubierto que delató al ex agente y fue clave para el esclarecimiento del crimen.

El norteamericano confesó que Clavel había sido el responsable de las actividades preoperativas del atentado como la entrega de información sobre los desplazamientos de Prats. Pero también pesaba sobre el represor chileno una pena posterior de doce años de reclusión por el secuestro y torturas en 1977 de Laura Elgueta Díaz y Sonia Díaz Ureta, dos ciudadanas chilenas, de 18 y 21 años, respectivamente.

Detenido en 1996 por orden de la jueza María Servini de Cubría, la defensa del chileno se basó en la prescripción de la causa, pero la Corte estimó que se trataba de un crimen de lesa humanidad y negó el pedido. Al unir la segunda condena el Tribunal que lo condenó también consideró que por el tiempo que había pasado bajo prisión preventiva debía aplicarse la ley del 2x1 por lo que el juez Axel López le otorgó la libertad condicional en el 2008. El gobierno que encabezaba Michelle Bachelet presentó una nota de reclamo ante el procurador Esteban Righi, quien en diciembre pasado dictaminó que se debía corregir el cálculo de la pena y que Arancibia Clavel debía volver a prisión.

La carrera de espionaje y represión de Arancibia Clavel se inició en 1971, cuando se exilió de su país prófugo de la Justicia militar por haber infringido la Ley de Seguridad del Estado por utilizar artefactos explosivos después de la asunción del presidente Salvador Allende un año antes. Después del golpe militar comenzó a trabajar en la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), organismo desde el que se ejecutó el plan de secuestros, torturas y desapariciones sucedidas en tierra chilena y a través del Plan Cóndor, plan de cooperación llevado adelante entre las dictaduras del Cono Sur en la “lucha contra la subversión”.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-167284-2011-04-29.html

El asesinado agente chileno supo los nombres de los detenidos desaparecidos de Chile y Argentina cuando los familiares luchaban en los tribunales por conocer su paradero. Participó de la Operación Cóndor, en el crimen del Prats, en el del general Schneider y espió a las fuerzas armadas vecinas para el conflicto del Beagle.
Enrique Arancibia Clavel. Chileno. Nacido en Punta Arenas el 13 de octubre de 1944; hijo de Eladio y Violeta, soltero, estudiante, domiciliado en general del Canto N° 122 Santiago. Cédula de Identidad N° 4.815.227 de Santiago. Clasificación dactiloscópica 86444-68262-97434. 1, 73 de estatura, peso 70 kg; ojos café, pelo castaño.
Así versaba la primera ficha policial que tuvo el ex agente de la DINA en Buenos Aires, recientemente liberado, pese a las dos condenas que pesan en su contra -una de presidio perpetuo por la muerte del general Carlos Prats y a 12 años por torturas a Laura Elgueta- cuando fue requerido en 1970 por su implicancia en la muerte del ex comandante en jefe del Ejército René Schneider.

Desde Patria y Libertad, pasando por sus tendencias filo nazis, la homosexualidad de la que nadie habla, jefe de información clandestina de la DINA en Buenos Aires después del golpe, reciclado a momentos como espía de información militar para la casi guerra con Argentina en 1978, un poco empresario y con una familia conservadora, ligada a la derecha y al Ejército -su hermano llego a ser jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE)- es un personaje a quien la realidad lo superó, como si se tratara de la mejor novela del género conspirativo.

Pero de sus actividades las nuevas generaciones poco saben, de sus informes que llegaban cada semana a las oficinas de la DINA, firmados por Luis Felipe Alemparte Díaz, su identidad operativa, de las informaciones sobre detenidos desaparecidos chilenos y argentinos que manejaba a los pocos meses, incluso días, van reflejando el perfil de un hombre que conoció de cerca los años más oscuros de los regímenes del conosur.

En los archivos que guarda la Universidad Alberto Hurtado se detallan sus actividades. Memos a Luis Gutiérrez, nombre supuesto del jefe del servicio exterior de la DINA, a quien llegó a informarle que el ministro de bienestar social de Eva Perón, el tristemente célebre López Rega, golpeaba a la presidenta. "La versión la entregó el edecán naval de ella", escribió.
Tanto fue el acceso y la importancia que llegó a tener para la DINA Arancibia Clavel que conoció pormenores de la llamada Operación Colombo que llevó a cabo ese servicio para la eliminación de disidentes al régimen militar.

De hecho, enviaba listas con los desaparecidos y eliminados en Argentina -por izquierda, según versan sus informes- que contienen nombre completos, números de identidad, en momentos en que las organizaciones de derechos humanos luchaban par saber qué sucedía con sus familiares.

El documento más importante encontrado hasta 2006 sobre los registros clandestinos y la cantidad de desaparecidos y asesinados durante el régimen militar es un informe del agente secreto chileno Enrique Arancibia Clavel (fue jefe de la policía secreta chilena en Buenos Aires), cuyo nombre clave era Luis Felipe Alemparte Díaz, que fue hallado por John Dinges en 2002 entre más de 1500 hojas que le habían sido confiscadas por los jueces federales argentinos en 1978 y que permanecieron guardadas entre los archivos del tribunal desde entonces. Al final de su informe, realizado en julio de 1978, el informa que el ejército argentino tenía computados hasta ese momento 22.000 muertos y desaparecidos. El documento dice textualmente:

"Adjunto lista de todos los muertos durante el año 1975. La lista va clasificada solamente por mes. Es decir, en estas listas van tanto los muertos "oficialistas" como los "no oficialistas". Este trabajo se logró conseguir en el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, sito en Callao y Viamonte de esta Capital, que depende de la Jefatura II Inteligencia Ejército del Comando General del Ejército y del Estado Mayor del Ejército. Estas listas corresponden al Anexo 74888,75/A1.E.A. y el Anexo 74889,75/id Los que aparecen NN son aquellos cuerpos imposibles de identificar, casi en un 100% corresponden a elementos extremistas eliminados "por izquierda" por las fuerzas de seguridad. Se tienen computados 22.000 entre muertos y desaparecidos, desde 1975 a la fecha [hasta julio de 1978]. En próximos envíos seguiré ampliando las listas."










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